Salimos del pueblo a las 5:15 de la madrugada. La buena noticia, mañana no tendré que ir a clase. La mala, es de noche, tenia frío y unas cinco horas de viaje. Llegamos a Madrid a las 10:15 de la mañana. Nada más llegar a casa me fui a la cama de lo cansado que estaban porque los viajes me matan.
* * *
Cuando me desperté eran las seis de la tarde, me desperté con una sensación extraña, estaba atardeciendo ya, me conecte al tuenti para pedir a alguien si habían mandado algo de ejercicios. Y no, solo tenia que prepararme para los exámenes finales, ya estábamos entrando en la recta de final de curso, cosa que llevaba un poco regular... Pero no habían mandado nada. Me apetecía dar una vuelta y hacia una tarde de primavera y ya se empezaban a notar los días...
- Mama, me voy a dar un paseo
- Vale hijo, pero no vuelvas tarde y ya sabes... no te vayas con nadie aunque...
- Te ofrezca el mayor de tus sueño... lo se mama, lo se... – sonreímos los dos y salí por la puerta.
Empecé a andar pero no se donde me llevarían mis pies... pensé en lo que empezaba a sentir... y casi se me echo la noche encima... cuando vi que el sol se estaba escondiendo, decidí darme la vuelta y volver a casa... se hacia tarde y decidí atajar por un callejón un poco oscuro... no había nadie por la calle... y oía unos pasos corriendo que venían hacia mi. Empecé a andar mas rápido pero no había nadie y de repente ¡PUMMMM!
- ¡Myriam!, Que ocurre ¿por qué lloras?
- No... yo...
- ¡Shhh! Tranquila, sentémonos en aquel banco ¿qué ocurre Myriam?
- Alberto y yo...- rompió a llorar de nuevo
- ¿Qué ha pasado te ha hecho algo?- le vi en la piernas varios moratones- ¿¡te ha hecho eso ese hijo de puta!?
Myriam asintió con la cabeza y lloro, le empezó a dar ansiedad
- relájate y respira conmigo- la dije- esto no va a quedar así pero cuéntame que ha ocurrido.
- Todo empezó el día de noche vieja cuando nos fuimos y tu te quedaste en el banco del parque- le quite unas lagrimas de la cara- ese día discutimos, porque yo quería volver a ver lo que te ocurría y me pego... pasaron los días y el tiempo pero las cosas empeoraron, parecía su esclava y si no hacia lo que él quisiera me pegaba... y hoy... hoy... me obligo a....- rompió a llorar de nuevo-
- Vale, ¡shh!, no me cuentes mas- la dije mientras la abrazaba. Nos quedamos un rato abrazados.
Estuve pensando mientras la abrazaba, que como viera a Alberto le partiria la cara, porque me sentia mal, me sentia.... con ganas de buscarle y matarle...
- vamos, te acompaño a casa, no vas a ir sola ahora – la acompañe a casa y en el portal la di un beso en la mejilla casi en la comisura del labio.
- Omar, gracias por esto
- - no hay nada que agradecer, pero esto no se va a quedar así te lo aseguro. ¿hablamos?
- Claro- me dijo con una sonrisa
- Adiós, dije
- Adiós me contesto
Volví a casa con un sabor amargo por lo que había pasado la pobre Myriam pero con un toque dulce porque tenia vía libre...
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